En la travesía por la vida, descubrimos que los sabios refranes de mamá y de la abuela pueden resonar en los lugares menos esperados, incluso en las arenas de la política.
El año 2024 ha marcado el inicio de una efervescencia electoral en América Latina, donde las negociaciones, alianzas y promesas políticas ya se hacen sentir. Mientras la atención se centra en los candidatos y el poder en disputa, parece que se olvida a un sector fundamental: la juventud.
Los jóvenes, a menudo infravalorados por su edad, anhelan ser escuchados y defienden sus ideales con un fervor inquebrantable. Son los primeros en dar un paso al frente para proteger lo que consideran justo.
Gracias a esta pasión, los jóvenes tienen la capacidad de movilizar a las personas. Aunque algunos candidatos pueden ignorar este hecho, la realidad es innegable: el voto joven puede inclinar la balanza en unas elecciones.
Sin embargo, hay una desconexión natural entre generaciones. La rebeldía inherente a la juventud a menudo hace que desconfíen de los consejos de los adultos, sintiendo que no los comprenden. La brecha entre un individuo de 18 años y alguien con responsabilidades familiares es evidente, ya que se encuentran en diferentes etapas de vida.
La credibilidad es la moneda de cambio en la política, y los jóvenes confían más en aquellos que comparten sus luchas. La vieja enseñanza de “cada oveja con su pareja” cobra relevancia en este contexto, sugiriendo que es más efectivo que los jóvenes se comuniquen entre sí para transmitir sus ideales.
La necesidad de una comunicación efectiva
En el mundo actual, captar la atención en menos de 5 segundos es crucial. La sobreexposición a la publicidad ha llevado a bloquear aquello que no impacta de inmediato. Este fenómeno ha creado una barrera en la política, desconectando al ciudadano común.
Aunque algunos partidos intentan activar las redes de la juventud, a menudo fallan al no reflejar la esencia de este grupo demográfico. La rebeldía, la pasión y el deseo de un futuro mejor se pierden en una comunicación hacía políticos ocasionando perder el verdadero objetivo, llegar al ciudadano común.
Las redes sociales son un recurso valioso que debe ser pulido y comprendido. Una estrategia eficaz permitirá que el mensaje del candidato llegue a más personas. La colaboración entre cuentas no solo amplificará el alcance, sino que también otorgará mayor credibilidad a la candidatura al demostrar un respaldo sólido dentro de este segmento crucial de la población.
La clave para el activismo juvenil en la política radica en reconocer y respetar la voz de la juventud. Al entender la desconexión natural entre generaciones y abrazar las plataformas digitales de manera auténtica, los líderes políticos pueden ganarse la confianza y el voto de una población joven ansiosa por un cambio significativo.
Es hora de aplicar el sabio consejo de “cada oveja con su pareja” en el ámbito político, construyendo puentes que conecten a los jóvenes con aquellos que buscan liderar el futuro.
La entrega pura y de corazón a los ideales prevalece en las jóvenes generaciones pero mengua con el paso de los años…. Se intensifica la famosa “brecha generacional” a medida que la vida nos llena de compromisos y se envilecen nuestros propósitos… el ansia de poder se hace evidente en nuestros dirigentes y eso no escapa de la mirada fervorosa de nuestra apasionada juventud. Los objetivos puros se oscurecen y les crea una injusta confusión.
Pero a pesar de nuestra evidente falla, exigimos cada vez más protagonismo a una juventud que está preparada para liderizar un pais…. Es el momento de que esa juventud tome el control y aporte, se integre y muestre su valía por sobre generaciones cansadas… Hagan valer su liderazgo por ser una juventud preparada para el protagonismo por sobre seudo-lideres que solo piensan en el poder sin estar preparados para asumir
Juventud es futuro… es la esencia de la vida y en toda Latinoamérica ha llegado el momento.
Quiero ver a una Juventud protagonista… y usted?
Gracias a la columnista por mover nuestro entendimiento a una realidad necesaria, motivarnos a reflexionar y a un debate y discusión edificante sobre el necesario papel protagónico de nuestra juventud.