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Milei y el anti-establishment

Javier Milei, cortesía Flickr.

Figuras políticas como Jair Bolsonaro, Donald Trump y Javier Milei parecieran tener algo en común: son políticos anti establishment. Y si bien estos tres personajes han sido polémicos y polarizadores, algo que se debe reconocer es que han llegado lejos en la política de sus países. Pero, ¿esto quiere decir que la ciudadanía prefiere o se inclina hacia personajes estridentes y confrontativos? O más bien, ¿serán el efecto colateral del rechazo hacia la política tradicional?

En lo personal, creo que es un poco de ambas cosas. En los últimos comicios que ha habido en Ecuador y Guatemala, pese a los pronósticos y tendencias de las encuestadoras y medios nacionales hubo grandes “sorpresas”. En el caso de Ecuador nadie previó que Daniel Noboa, candidato que iba en penúltimo lugar hasta una semana antes de la elección, fuera a entrar a segunda vuelta, al igual que el caso de Bernardo Arévalo en Guatemala. No figuraban, al menos no en las métricas cuantitativas tradicionales.

Lo que ocurrió en estos países fue más un fenómeno de rechazo a los candidatos del establishment o de los oficialismos. Y pareciera que nuevas figuras, sin mayor estructura o bases políticas, se están convirtiendo en los protagonistas de las preferencias ciudadanas. En este sentido, el caso de Milei en Argentina, es digno de destacarse. En un país azotado por la inflación, con una población polarizada y enfadada de los políticos de siempre que no han dado respuesta a sus demandas, llega un autodenominado libertario, a querer ponerlo todo de cabeza.

Con propuestas radicales cuya viabilidad es bastante dudosa, Milei hoy lidera las preferencias de Argentina, pero lo hace más por el rechazo que sienten los ciudadanos hacia los políticos que les han fallado, que por afinidad a su proyecto. En realidad, lo mismo ocurrió con Noboa y Arévalo. No sucede que la gente esté dando un voto genuino de confianza, ya que la confianza de la ciudadanía hacia los líderes políticos desde hace años es nula, asunto que rescatan diversos estudios en la región. Lo que ocurre más bien, es que es tal la inconformidad y el enojo que se ha gestado en las sociedades, que como un medio de castigo, las personas están votando por figuras que salen del molde de la política tradicional, esto sin importar si estos personajes tienen experiencia, capacidad o seriedad en sus proyectos.

Este fenómeno de apoyo hacia figuras antisistema, es lo que explica que este sector considerado voto switcher o de indecisos, hoy se incline hacia caras nuevas, disruptivas e incluso improvisadas, que están entrando a la escena política con el respaldo de cientos de miles de desencantados. Y lo que estos políticos deberían considerar al ejercer el poder, es que lejos de tener capital político, tienen en realidad poco tiempo para rendir resultados a una sociedad a la que ya se le agotó la paciencia desde hace años.

El caso de Trump con los americanos, por ejemplo, genera una añoranza de sus bases de apoyo que tienen la firme convicción de que con él la economía y el rumbo de Estados Unidos estaba mucho mejor que con Biden, y por eso lo quieren de vuelta. En el caso Bukele, Presidente de El Salvador, tenemos a un joven político que ha tomado decisiones arriesgadas, polémicas pero que para sus bases de apoyo han sido altamente reconocidas y populares.

Todo indica que la fórmula del éxito es dejar de hacer más de lo mismo, si se buscan resultados diferentes y sobre todo inmediatos. Pareciera que las democracias flaquean con la incursión de algunos de estos personajes que ejercen liderazgos más autocráticos y radicales. Pareciera también que nos enfrentamos a un nuevo escenario político, lejos de ideologías y más cercano al revanchismo. Solo el tiempo nos dejará darnos cuenta del resultado de estos nuevos rostros de la política.

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Comments

Rocío Quiroz

Lo mismo pasa en Bolivia, algunos gobiernos locales por decir de ciudades “clave” fueron ganadores de estos escenarios, sin propuestas y sin proyecto que consoliden, se puede decir que la gente voto en contra que a favor de ciertos candidatos y ahora.

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