Michelle Obama compartió algunos de sus aprendizajes sobre la Presidencia de Barack Obama en uno de sus discursos políticos más emblemáticos, donde mencionó algunas lecciones muy ilustrativas sobre el poder y los gobernantes. Comenzó aseverando que el poder no cambia a las personas, sino que revela su esencia. Y es que los gobernantes se encuentran bajo la lupa y el escrutinio de los medios y de la ciudadanía en cada segundo de su vida pública.
Se dice comúnmente que es el poder el que corrompe a las personas, pero la realidad, es que cuando una persona no tiene valores sólidos, cuando no tiene carácter ni vocación para gobernar, es la persona que llega al poder la que está corrompida. Y aquí tenemos que detenernos y reflexionar, porque hay una responsabilidad de los partidos políticos y las instituciones públicas en formar liderazgos competentes que sean quienes asuman los cargos de representación popular, y a todas luces esa labor ha sido bastante deficiente.
Sólo en el caso de México, los partidos políticos nacionales para el ejercicio 2023 cuentan con un presupuesto autorizado de 6 mil 233 millones 510 mil 798 pesos. Dicha cantidad incluye recursos para actividades ordinarias, para gastos de campaña y para actividades específicas como la educación cívica e investigación, que en el año 2022 tuvo un presupuesto de 117.2 millones de pesos. Es decir, en lo absoluto existe un problema presupuestal para la formación y profesionalización de los militantes de partidos y servidores públicos. Lo que hace falta es la voluntad política de formar líderes capaces para hacer frente a los retos políticos y sociales que hoy enfrentan los distintos países de América Latina.
Michelle mencionaba en su discurso que hoy un buen mandatario necesita ser compasivo, un líder unificador y un ejemplo inspirador para las nuevas generaciones. El problema es que los liderazgos deben formarse. Se deben trabajar y encaminar hacia objetivos claros. Los líderes políticos de hoy necesitan profundas bases éticas, valores y preceptos que guíen su actuar y su vocación. De lo contrario, será muy fácil que un líder se pierda en las grietas del aparato burocrático y en los vicios del poder.
En la conclusión de su discurso, Michelle Obama exclamó lo siguiente: “Si un político es errático y amenazador, si falta al respeto a los ciudadanos, déjenme decirles que esa es su esencia. Ese es el tipo de político que va a ser. Confíen en mí, esa persona no va a cambiar de repente una vez que ejerza el poder.” En este sentido, el reto es enorme. Es un compromiso que debe haber con la sociedad. Los partidos políticos tienen que entender que elegir como candidatos a actores, payasos, cantantes o futbolistas únicamente por su nivel de conocimiento y la posibilidad que estas figuras les brindan para conseguir los suficientes votos para mantener sus registros, no es solo mezquindad y frivolidad política, es un daño irreversible a la democracia.
Dejar los cargos de toma de decisiones públicas en manos de personajes con nula o escasa preparación en materia de políticas públicas, leyes o gestión de gobierno, representa un retroceso brutal para cualquier país. Y en las condiciones actuales, ningún país puede permitirse fallarle a los ciudadanos que están hartos, molestos y deseando una revancha hacia los políticos que de manera reiterada les han decepcionado.
Excelente publicación, y una gran vista a lo que es y siempre ha sido al gran desinteres de poner personas no preparadas en puestos tan Importantes, y es como el clásico dilema entre Nicolas Maquiavelo y Jacques Rousseau, uno mencionaba que el hombre es malo por naturaleza y el otro que el Hombre es bueno pero la sociedad lo corrompe, este tema lo extrapola al ámbito del enfoque del ser político y su verdadera identidad una vez llegando al poder ojalá todos pudieran decernir estos temas.