Gisela Rubach: La Maestra de la Consultoría Política

¿Cómo fue su primer acercamiento a la política?

Comencé a trabajar en campañas políticas en México antes que el concepto de marketing político fuera conocido en el país. Desde niña me interesó la política, pero consideré que no tenía estómago para ejercer el poder, pero me llamó poderosamente la atención la asesoría, poder construir estrategias y tácticas para conectar con los ciudadanos, partiendo de sus necesidades y aspiraciones.

¿En qué momento decide dedicarse a la consultoría política?

Nací como consultora en la Sierra de Zongolica, de mi natal Veracruz, en la campaña a la gubernatura de Fernando Gutiérrez Barrios, en 1986. En los eventos de campaña, hacía tarjetas que le pasaba al candidato con recomendaciones para mejorar. Recuerdo que un profesor, vio lo que hacía, se acercó para que le explicara y me preguntó que cuánto estaba cobrando por hacer esas recomendaciones. Entonces caí en la cuenta de que era un trabajo fundamental y que, además, se convertiría en una profesión remunerada desde ese momento.

¿Cómo fue abrirse paso en una profesión mayormente ejercida por hombres?

Te mentiría si te dijera que fue fácil. Creo que en todas las profesiones las mujeres hemos enfrentado un doble o triple reto para salir adelante. Hoy en día la mujer continúa enfrentando muchísimas adversidades. Pero tampoco nos podemos pasar la vida llorando, o sentarnos a ver pasar las oportunidades. Alguien dijo por ahí que en la vida hay trenes que pasan una sola vez, entonces, lo tomas o lo dejas pasar, pero no vuelven. Así son las oportunidades.

Yo he tomado las oportunidades que la vida me ha brindado, y como muchas mujeres en otros ámbitos, he tenido que darle con todo para lograr mis metas. La vida se trata de esfuerzo, capacidad y talento, con el paso del tiempo, se suman el conocimiento y la experiencia. Y aquí estamos.

He atestiguado la llegada a sus cargos a las primeras gobernadoras de este país; he tenido la fortuna de ser asesora de algunas de ellas, y esa es una gran satisfacción, tanto profesional como por ser mujer.

Estoy segura que hay muchas mujeres que pueden ser líderes en sus campos profesionales, desde luego, en la política, y yo las invitó a ir más allá: éntrenle con ganas, con mucha voluntad y determinación. Que las mujeres no rehúyan a los retos, se preparen más y mejor, se capaciten permanentemente, sobre todo ahora que hay tantas oportunidades, y verán que no hay ni hombre ni mujer que les trunque sus sueños.

Platíquenos dentro de su amplia trayectoria, ¿Cuáles han sido algunas de las campañas o candidatos(as) que le han dejado valiosas lecciones y por qué?  

Ha sido un largo proceso de aprendizaje permanente, pero no todo ha sido miel sobre hojuelas. También hemos sufrido nuestros tropiezos, y a veces son de los que más hemos aprendido.

Lo que te puedo decir, desde la óptica profesional, es que no hay que dejar nada a la improvisación ni a la ocurrencia. Que tenemos que actualizarnos permanentemente, porque la sociedad evoluciona de forma increíblemente vertiginosa.

Una campaña emblemática, personalmente como consultora, fue la presidencial de Enrique Peña Nieto. Disciplina es la palabra clave para entender y explicar el triunfo de Peña Nieto en esta elección: disciplina del candidato, en el mensaje, en el equipo, en casi todo, y no sólo era tenerla, sino transmitirla. Una campaña “By the book”, como el libro dice. También, el triunfo de Eruviel Ávila en la gubernatura del Estado de México, por más de 40 puntos de diferencia, se convirtió en una campaña en la cual el trabajo y la disciplina del candidato y el equipo, fueron la receta secreta del éxito electoral.

Como una de las estrategas políticas más destacadas de Latinoamérica, ¿Qué le diría a las personas que aspiran en la actualidad a cargos de representación popular?

Tenemos que empezar por reconocer que la clase política en su conjunto goza de un enorme desprestigio. En todas las encuestas que se realizan, por ejemplo, sobre la imagen, credibilidad y fortaleza de las instituciones públicas del país, los partidos políticos, los políticos y la política en general aparecen entre los más desprestigiados, con menores niveles de credibilidad, con elevados porcentajes de desconfianza y la ciudadanía los ve muy lejanos.

Hablar hoy de política y políticos remite inmediatamente al imaginario colectivo a conceptos como corrupción, abuso, tráfico de influencias, mentira, prepotencia, entre otros. Añade a esto un escenario muy polarizado.

Así que el gran reto de la política y de los políticos es contrarrestar esos puntos negativos que todos los partidos y prácticamente todos los actores políticos cargan. Incluso políticos populares, como el presidente de México, están reprobados en su gestión.

No es un tema fácil, y tampoco es algo que vaya a cambiar de la noche a la mañana, porque finalmente, cuando la opinión pública da algo por hecho, es muy difícil revertirlo; como yo siempre digo: percepción mata realidad.

¿Qué les falta entonces a los políticos?, ¿cuál es su gran reto? Recuperar la confianza ciudadana, hacer que los electores vuelvan a las urnas, reducir el enorme desprestigio y falta de credibilidad que enfrentan.

¿Cómo se puede lograr eso? Pues poniendo los pies sobre la tierra, ponerse en los zapatos del ciudadano de a pie y demostrar que, efectivamente, hay un verdadero compromiso de trabajo a favor de los ciudadanos. Y nada de esto va a ocurrir si no hay resultados positivos en el ejercicio de gobierno.

Así que, o los políticos se ponen las pilas bien puestas, o cada día habrá menos ciudadanos en las urnas, los gobernantes llegarán a los cargos con falta de credibilidad y legitimidad política, y ese es el camino a la falta de acuerdos y al quiebre de la gobernabilidad, que sería sumamente lamentable para el país.

Cuál es mi conclusión ante esta pregunta: que los políticos tienen que humanizarse, tienen que demostrar que son de carne y hueso, que sienten, que se emocionan, que tienen alegrías y tristezas. Que son como cualquier ciudadano.

Mirar a los ojos y tener contacto permanente con la gente es la mejor forma de ganarse la confianza ciudadana. Hacer, construir, organizar, desarrollar. No hay fórmulas mágicas.

¿Cómo han incidido las nuevas tecnologías en la política de América Latina? ¿Realmente son aliadas o acentúan problemas como la polarización y la desinformación?

Internet ha cambiado a la sociedad, nos ha conectado. En menos de tres décadas ha modificado nuestras formas de aprender, consumir, interactuar y, más allá de todo lo anterior, ha cambiado la comunicación humana. Ahora nuestra sociedad está hiperconectada. Tan solo en México, en 2006, había un millón de teléfonos inteligentes conectados a internet; en la elección de 2012, sumaron 24 millones; actualmente hay 110 millones de smartphones.

Internet abre la posibilidad de repensar el espacio público para transformar la política. La polarización y la desinformación siempre han existido. Lo que cambió fue el modelo de pocos a muchos, se agotó, y se está construyendo el nuevo modelo de muchos a muchos en la red, pero aún no llega al buzón de la política. Las redes no dan votos, pero sí nos conectan con los electores. Las redes pueden usarse para construir o para destruir. Cada quien debe preguntarse si decide construir o destruir.

Un gran reto será enfrentar campañas y ejercicio de gobierno con la llegada del Metaverso. La tecnología nos ha alcanzado. La realidad virtual es y será muy poderosa. Lo vivimos con la pandemia y sus restricciones. Quizás la pregunta es ¿quién va a regular todo esto?

Qué reflexión considera importante para las nuevas generaciones de estrategas y consultores políticos de América Latina?, ¿Qué retos enfrentarán?, ¿Cómo deben prepararse?

Estoy completamente convencida de que la comunicación será de ida y vuelta o no será. La resistencia al cambio puede ser una pesada piedra para los consultores, políticos y servidores públicos que estén anclados a las dinámicas del pasado.

En el universo del marketing y la comunicación política, la buena comunicación por sí sola, no bastará. La información precisa y clara es necesaria, pero por más llamativo y didáctico que sea un spot, no es suficiente. Hay que hacer y resolver. Organizar, congregar, colaborar, dar respuestas concretas.

Latinoamérica clama un nuevo tipo de liderazgo. Un liderazgo horizontal, transparente, que independientemente de ser mujer u hombre, siempre escuche y dialogue, integre e incluya lo diverso, enfrente problemas complejos, sea equilibrado en la toma de decisiones, reconozca sus emociones y las gobierne, tenga capacidad de negociación, creatividad, pensamiento crítico y autocrítica, sea solidario, generoso y amable, encauce la fuerza social, construya usando la inteligencia colectiva, tome decisiones analizando datos y sumando múltiples opiniones. Hay que seguir preparándonos, cada día un poco más. La llegada, insisto del Metaverso, nos obliga a entender mejor la tecnología y prepararnos para asesorar también Candidatos 5.0 (Robots).

Sabemos que usted disfruta mucho de andar en motocicleta. Cuéntenos un poco más sobre cuándo inicia este hobby, así como de las rutas y viajes que ha realizado.

Andar en moto es mi pasión. La velocidad y el camino me permiten enfocarme y recrearme. Tengo en la memoria viajes inolvidables, como el que inicié en Ciudad de México y terminé en San Francisco, California. Tal vez, la travesía más prolongada y entrañable, fue cruzar los Alpes desde Alemania hasta Italia, sin olvidar el viaje por Noruega. Este año me espera en el verano el tour por Escocia.

¿Cuáles son las lecturas obligadas que recomienda a las personas que se inician en la comunicación y la consultoría política?

Para mí, el Arte de la Guerra de Sun Tzu, es un libro de cabecera. Leer a los clásicos, es fundamental. Pero creo que, más que lecturas obligadas, la formación personal de un consultor político, requiere el hábito obligado de lectura. Leer sobre comunicación, marketing, política, sicología, historia, acumular referencias literarias y lecturas sociales, leer todos los días, informarnos sobre el acontecer del mundo y las nuevas tendencias, nos permite estar mejor armados para la práctica de la consultoría política.

¿Cómo se ve Gisela Rubach en los próximos 5 años?

Por fin escribiendo mi libro, dando batalla, enseñando y aprendiendo, paseando en moto, tratando de dejar un mejor país y un mejor planeta del que me vio nacer. ¡A darle!