Imagina que tienes consulta médica con el gastroenterólogo, le cuentas qué padeces reflujo y en la primera consulta te diagnostica cáncer ¿Qué pensarías sobre el médico? Claro, que su diagnóstico puede estar equivocado porque ni siquiera te hizo una endoscopia. Pues eso es lo que pasa con equipos de campaña que toman algunas decisiones improvisadas durante procesos electorales.
¿Qué pasa cuando realizamos una campaña electoral sin investigar? Nos equivocamos en el diagnóstico y en muchas cosas. Sí, muchas, entre ellas y sólo menciono algunas: la estrategia, el mensaje y los canales.
En pocas palabras, corremos el riesgo de emplear una estrategia equivocada que nos conducirá a emitir mensajes erróneos, a hablarle a los públicos incorrectos y a través de canales de difusión inadecuados. En fin, todo lo que hagamos, estará destinado al fracaso.
Hay que aclarar que investigar no te garantiza triunfos electorales, porque para ganar una elección hay que hacer muchas cosas bien y esas cosas también deben combinarse con el contexto político y social del momento, pero investigar te acerca al objetivo que planifiques, por tanto, si no investigas, es muy probable que no cumplas con lo que quieres.
En muchos partidos políticos y gobiernos se minimiza la importancia y necesidad de la investigación, esto se debe a la influencia de la improvisación como factor determinante en la toma de decisiones políticas, electorales y gubernamentales.
Su minimización también está condicionada por la incomprensión conceptual sobre su funcionamiento y utilidad, por ejemplo, suele confundirse investigación electoral con desarrollar encuestas para conocer la intención de voto.
La investigación del mercado electoral va mucho más allá, incluye estudios cuantitativos y cualitativos de diversa índole. También análisis y comprensión de datos que por su naturaleza pueden ser diversos e integrales.
También significa profundizar en los sujetos que componen ese espacio: cómo viven, los problemas que enfrentan, sus heridas abiertas, sus deseos, frustraciones y esperanzas. Y muchas cosas más. Muchas.
Uno de los tantos problemas de la incomprensión conceptual de la misma, se origina en la costumbre de conducir procesos electorales bajo las comodidades que permiten las metodologías que carecen de rigurosidad.
Junto a este tipo de comodidades se complementan otras conductas: la toma de decisiones cuyo único soporte es la intuición y la influencia del estado emocional en un momento determinado. Las tres tienen algo en común: llevan al fracaso.
Si trabajas sin investigar, tus diagnósticos serán imprecisos y en consecuencia lo será la estrategia que definas para encarar el proceso.
Si comprendes en detalle a tu mercado potencial de votantes, todo lo que hagas tiene mayor posibilidad de éxito: la estrategia, el mensaje, la segmentación, los canales, entre otros tantos…
Las campañas electorales profesionales que se organizan al margen de la improvisación empiezan a ganar desde la investigación misma, la cual permite diseñar estrategias que van en sintonía con tu mercado, es decir, con segmentos que gracias a este ejercicio comprendes mejor.
La investigación es cara, requiere mucha inversión y este es otro factor que impide su implementación en muchas campañas de bajo presupuesto.
Pero, contrario a este pensamiento tan común, cuando menos presupuesto tienes, es mayor la necesidad de invertir en investigación.
¿Qué pasaría si el paciente luego del diagnóstico se somete a quimioterapia sin antes hacer endoscopía? No solo pondrá en riesgo su salud, también botará su dinero. Pues eso mismo pasaría si no inviertes en investigar.
Por tanto, si defines tu estrategia sin sustentarla en investigación previa, las posibilidades de que desperdicies tu dinero son exponenciales. Por ello, valora la investigación y sobre todo: invierte en ella aunque tengas poco presupuesto.
Por otra parte, es clave considerar que la improvisación en la política misma no solo se da por la ausencia de investigación, también se manifiesta cuando no hay planificación, ni organización, ni gestión, ni medición o seguimiento de la estrategia. La improvisación está en todas partes y en distintas etapas de un proyecto electoral y detectarla no siempre es una tarea fácil cuando se está acostumbrado a trabajar sin rigurosidad.
En la actualidad, los partidos políticos y también los gabinetes gubernamentales están ante un reto clave para cambiar el empirismo en la gestión de la comunicación política: desmontar la improvisación, porque solo así, podremos ejercer la política con profesionalismo, seriedad y rigurosidad.
Excelente artículo, bastante acertado.