Pareciera que en muchos países de Latinoamérica la política es más reactiva que planificada. Si lo piensas un momento, te darás cuenta de que por ejemplo, en las dependencias de gobierno, se atienden las crisis políticas conforme van presentándose y en realidad, no existen ejercicios serios de auditorías de riesgos y vulnerabilidades que permitan a los entes de gobierno anticiparse y planificar sus respuestas a situaciones convuslas o de crisis que pudieran eventualmente irse presentando.
Esto parece obedecer a una cultura donde aparentemente lo más cómodo es dejar las cosas “para después” o “al rato” como decimos en México. En donde el ejercicio de las actividades y responsabilidades diarias pareciera consumir por completo la energía y el enfoque de los funcionarios o de los equipos de campaña, para atender únicamente lo que por Ley están destinados a realizar, sin pensar que ésta situación es la puerta de entrada para crisis y ataques permanentes.
Sin embargo, esta resistencia a prevenir o planificar protocolos y acciones ante posibles situaciones adversas es lo que ha causado que muchos gobernantes y políticos terminen de manera abrupta su trayectoria política y con su reputación por los suelos. El desconocimiento de lineamientos básicos de gestión de crisis deja a muchos organismos en el desamparo, apagando fuegos sin mayor noción sobre cómo ejecutar acciones de contención, controlar daños y manejar con cautela y precisión a la opinión pública.
¿Qué habría sido del gobierno de Guillermo Lasso si hubieran atendido propiamente y a tiempo a las demandas y exigencias de los ecuatorianos? o ¿Qué habría sido de Peña Nieto si él hubiese dado la cara a los mexicanos ante la crisis de la “Casa Blanca” y no su esposa? Es un hecho que los errores de criterio personal pueden no sólo arruinar la resolución de las crisis sino agravarlas. Y con ello terminar con la reputación y el prestigio de un político o gobierno.
La improvisación en la política nunca deja buenos resultados. Los pasos firmes y que ayudan a resolver situaciones críticas provienen de estrategias que parten de una investigación activa y permanente de la opinión pública.
Es importante que en miras de los próximos procesos electorales que se presentarán en el 2024 en América Latina, los equipos de campaña y dependencias de gobierno realicen un ejercicio serio de autoevaluación. ¿Están realmente preparados para la guerra?
Diría Flavio Vegecio. “Si quieres paz, prepárate para la guerra.”