Cambio de paradigma en la Comunicación Política

Cortesía Flickr.

La comunicación ha cambiado con el paso del tiempo y con ello sus paradigmas, por lo que la comunicación política no es excepción a la regla. El paradigma de comunicación lineal, en el que existía un emisor de mensaje y receptores del mismo ha muerto, la globalización, la acelerada generación de información y contenidos, así como el uso de tecnologías de la información en las últimas décadas ha logrado cambiar el paradigma que por mucho tiempo existió.

La comunicación lineal –un emisor manda mensaje y un receptor (o varios) la recibe- ha dejado de ser funcional y hasta posible, con la masificación de medios de comunicación y la llegada de las Redes Sociales, existe – al menos por el momento- un nuevo paradigma, que he denominado del “Big Bang”, esto derivado de su interacción continua y voluminosa de emisores y receptores, además de su intercambio de roles en la comunicación.

Cuando se señala esta interacción y cambio de roles, debe entenderse como el momento en el que un emisor inicial del mensaje lanza o genera su contenido -ya sea presencial, haciendo uso de medios masivos tradicionales o de forma digital por alguna plataforma- y este, es recibido por el receptor o receptores, quienes inmediatamente se convierten en nuevos emisores y retransmisores del mensaje/contenido, agregando a este su contexto, visión, óptica y perspectiva, para decirlo coloquialmente, agrega su subjetividad y afinidades o desencantos, mismos que son ahora recibidos, atendidos y percibidos por otros –nuevos o no- receptores ubicados en los mismos canales y en otros, que a su vez, realizan un ejercicio similar al ya mencionado, ampliando el espectro en cada ciclo o interacción la red de emisores y receptores del mensaje/contenido inicial.

Comunicar en una vía dejó de ser parte de la estrategia de comunicación, no es siquiera posible controlar esta posibilidad, por ello, el cambio de paradigma en la comunicación política debe asimilarse en todo sentido, desde la estrategia y planeación, ya sea de una campaña política o de una gestión gubernamental. Los canales deben estar abiertos para emitir y recibir contenidos, pero va más allá de contar con canales y dejarlos abiertos, estos deben ser atendidos de forma eficaz, con la intención de lograr comunicar eficientemente con el público objetivo y con ello, aportar a la estrategia general de comunicación de la mano de otras tantas herramientas o acciones estratégicas como: el branding, relaciones públicas, inbound marketing, marketing político y muchas más.

Para este 2022 los gobiernos y equipos de campaña deben apropiarse de un nuevo paradigma de comunicación, sobre todo, los gobiernos y sus unidades, departamentos o áreas de comunicación social, imperiosamente deben entender de forma que, desde las redes sociales, comunicados de prensa o cualquier canal de comunicación, ya sea del funcionario o de la Unidad Administrativa de la que se trate, se realice la comunicación, no puede ser bajo el esquema lineal o unilateral. Ya lo decían McQuail y Windahl en 1997, al referir como característica de la comunicación lineal la capacidad de decisión y la fuente de influencia residen en el emisor, mientras que al receptor le conceden un papel pasivo y sujeto a la influencia de la acción comunicadora del emisor, situación que no es posible sostener es estos momentos de la vida social, de una sociedad 3.0 en consumo de información y presencia en diversas plataformas de forma simultánea.

Cortesía PEXELS.

Es decir, un político, partido, funcionario o gobierno, debe privilegiar la escucha e interacción como mecanismo de posicionamiento, legitimación de acciones o gestión y fidelidad, sin poner en riesgo la percepción de su gestión, basándola en modelo cuya visión del receptor como pasivo, y la visión del mensaje como el propio significado le convierte en un inconveniente o línea de oportunidad. Este modelo, anacrónico para mi punto de vista, como señala Lucas, Galera, Ruiz (2003), centra en lo comunicado casi toda la atención. Pareciera para este modelo y viejo paradigma, como si la eficacia del mensaje fuera instantánea e incontrovertible, partiendo de la preconcepción de la comunicación en 2 ideas generales: la primera, considerar a la comunicación como un mero transporte de información, y la segunda, pensar que la clave del significado está en el propio mensaje y no en las personasy el rol que tienen durante proceso.

De lo lineal al big bang, debido a que no sólo lo político o gubernamental requiere la escucha y retroalimentación del receptor, cambia el paradigma porque los contenidos, cualesquiera que sean sus orígenes y finalidades, compiten entre miles de mensajes diversos, cambia el paradigma porque la gente de hoy, sin importar la edad, quiere ser parte del mensaje desde su óptica, los conciertos en vivo están llenos de equipos móviles transmitiendo en vivo o grabando el momento, los paseos por el parque o viajes –en familia, amistades o pareja- son puestos a consideración de otros en las RRSS en una foto, un video o una historia, los eventos políticos son retransmitidos con la subjetividad recibida y la comunicación gubernamental, es puesta a prueba en cada post, tuit, transmisión en vivo, al recibir cientos o miles de comentarios, ya sean en positivo o negativo, por lo que resulta importante leerles, escucharles y dar respuesta e interacción en los diversos canales, haciendo uso del tono y color indicado, posicionando claramente la respuesta y consideración, creando empatía o en su caso, minimizando la mala percepción al acto o gestión.

Hombres y mujeres que fungen como candidatas y candidatos, funcionarios o funcionarias, servidoras públicas o parte de equipos de comunicación, deben generar su propia metodología y bajo el esquema de prueba y error validarlo, pero eso sí, deberán tener en cuenta para su diseño de estrategia y planeación, así como para la ejecución, que la gente es diferente, que la comunicación política y gubernamental es otra, que los tiempos y el consumo de contenidos ha cambiado y que quien no se adapte, está destinado a no ser percibido como quiere o pretende, está destinado a que su contenido no tenga un valor agregado que entregar y tendrá que luchar con miles de mensajes, sin elementos suficientes para dar batalla en la arena digital sobre todo.

Un paradigma es concebido como: conjunto de conceptos, valores, técnicas y procedimientos, todos estos aceptados y compartidos por una comunidad por lo regular científica, durante un momento histórico determinado, para encontrar problemas y buscar soluciones a los mismos. Por ello, las preguntas de reflexión serán: ¿estás aplicando en tu comunicación política y gubernamental conceptos, valores, técnicas y procedimientos acordes a la sociedad en que vives?, ¿estás dado solución a las problemáticas que la sociedad plantea?, ¿estás escuchando a tus gobernados e identificando sus necesidades? Espero tus respuestas y comentarios, así que sígueme en mis redes sociales y sigamos la conversación ahí con la etiqueta #Compolers. Tw: @augusto_her

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Comments

Elliot Coen

Excelente articulo Augusto. Lo comparto

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