Un objetivo estratégico y lograble para toda candidatura es llegar al arranque de la campaña “con la elección ganada”, es decir: tener un posicionamiento tan fuerte que se llegue al inicio de la etapa proselitista con ventaja clara en la “intención de voto”.
Por supuesto que no basta tener esa ventaja, incluso por dos dígitos, si durante la campaña se enfrentan crisis y se cometen errores que la mermen. Más grave aún, si se recae en el cáncer de todas las campañas: la simulación.
Es así que a lo largo de décadas y centenas de campañas electorales, se ha observado que muchos que iniciaron como claros ganadores terminan perdiendo en las urnas, porque no pudieron concretar en votos las intenciones reflejadas en las encuestas.
El proceso electoral en marcha para elegir al próximo presidente (a) de la República parece resuelto antes de la campaña, si nos atenemos a las tendencias consolidadas en encuestas y sondeos publicados.
La ventaja de Claudia Sheinbaum promedia los 25 o más puntos según lo difundido por algunos medios nacionales y “empresas serias”, con amplia trayectoria haciendo esos ejercicios estadísticos con rigor científico y validez.
Por supuesto que subyace en la difusión de esos resultados el interés de posicionar en la mente del elector que Morena “ya ganó la presidencia antes de la elección” y por ello la oposición desestima esos sondeos, incluso al grado de que Xóchitl Gálvez acusó que son “empresas vendidas” las que la ubican en clara desventaja.
Lo cierto es que no se conoce ninguna, ni seria ni “vendida” ni “patito” que le otorgue ventaja a ella o al frente opositor.
Al margen de la “carrera de caballos”, resalta que en todos los sondeos conocidos se consolida otro indicador de alto peso: aumenta el conocimiento de XG a la par que mantiene muy altos NEGATIVOS de imagen. Algo como que entre más la conocen, más tienen una opinión negativa de su persona.
Y eso no le ayuda, la puede hundir más.
En mi experiencia, la ventaja que mantiene Sheinbaum en las encuestas se va a “cerrar” durante la campaña y en la elección, porque el electorado va a ir decidiendo conforme se acerque el 2 de junio.
No es raro que el que encabeza las tendencias, sobre todo con tal ventaja, ya no tiene más destino que bajar. Ya está “topado” se dice, ya llegó a su techo y lo que queda es descender.
Pero no va a ocurrir espontáneamente, todo dependerá de que no cuide Scheinbaum la ventaja y/o que ya “despierte” XG y comience a ganar preferencias y bajar sus negativos.
Por el momento, sin embargo, este proceso en “intenciones” ya parece resuelto a favor de Morena y su candidata.
Quedan por delante con los meses por venir: la intensidad de las campañas, el poder de convencimiento de las propuestas, los errores, los ataques, las crisis y demás aderezos que pueden/deben mover tendencias.
Y sobre todo queda la gran batalla madre que será la movilización de los simpatizantes de cada bando a las urnas el “día D”.
En este momento, por lo difundido, la adversidad se cierne sobre la oposición.
