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El dilema del debate

Fuente CNE, debate Ecuador.

Ecuador es el primer país del año en llevar a cabo elecciones para alcaldías y prefecturas. Y bajo este proceso electoral, es donde se están celebrando los respectivos debates para conocer las propuestas de los diferentes candidatos y candidatas. Pero verdaderamente ¿estamos conociendo las propuestas de los candidatos? ¿para qué sirven los debates? ¿cambia en la mente del elector su voto? ¿Democracia o show mediático?  

Para resolver los dilemas que plantean los debates, vamos a desgranar punto por punto sus disyuntivas y uniremos matices para tener una mejor comprensión de los mismos.

¿Para qué sirven los debates?

Los debates son mecanismos que por lo general se desarrollan en una contienda electoral y sirven para que los diferentes candidatos y candidatas puedan dar a conocer al público sus diferentes propuestas en base a los temas que más le interesan a la ciudadanía. Cada candidato presenta su plataforma de gobierno e indica que va a ser para, por ejemplo, resolver la seguridad en su país, provincia o ciudad. Es un gran mecanismo democrático, que tienen las diferentes campañas, para dar a conocer sus propuestas y conectar con un electorado apático, que no conoce en profundidad las propuestas o los planes de gobierno.

¿Estamos conociendo las propuestas de los candidatos?

Esto va a depender de la estrategia implementada por los diferentes equipos que asistan al debate electoral. A priori, se estipula que todos los candidatos y candidatas puedan expresar de la mejor manera, y en un tiempo muy acotado, sus planteos en base a las inquietudes que tiene la ciudadanía. Los diferentes formatos que se eligen para los debates, tienden a ser un poco aburridos para los espectadores. Por lo general, y como regla, en los debates no se “debate” porque los formatos no lo permiten, convirtiéndose en plataformas estructuradas para hablar sobre propuestas. Lo positivo del caso en términos estratégicos, es que todo lo que se salga del formato y llame la atención, puede ser reproducido por las redes sociales mostrando la otra cara del debate.

¿Cambia en la mente del elector su voto?

Es muy importante ir a debatir. A su vez, es preferible debatir con argumentos y bien preparado, a que te dejen la famosa silla vacía por ausentarse. Parece muy poco probable que la ciudadanía cambie su forma de decidir en base a un debate, pero analicemos ciertos datos: En un estudio realizado sobre cuatro elecciones presidenciales en Estados Unidos (McKinney & Warner 2013) los autores argumentan que el 14% de quienes vieron el debate cambiaron su posición frente a los candidatos: la mitad fueron personas que se encontraban indecisas y se decidieron por alguno de los candidatos, mientras que solo un 3,5% cambió su preferencia de un candidato a otro y el restante 3,3%, que ya estaba decidido por un candidato previamente, pasó a estar indeciso.

Como bien sabemos, “ganar” el debate, no se traduce en una captación directa de votos (Jones, 2008; Democracy Corps, 2008). A su vez, sobre los que no cambian su postura y mantienen la preferencia por el mismo candidato, la instancia de debate puede reafirmar esta preferencia de forma más confiable (Benoit, McKinney & Lance Holbert, 2001). Es decir, los debates también sirven para reafirmar a los ya decididos.

Fuente INE, debate Presidencial México 2018.

¿Democracia o show mediático? 

Siempre democracia. Los debates contribuyen a proveer de información a la ciudadanía, con lo cual estos pueden tomar decisiones con mayor seguridad y fundamento. En algunos formatos, donde el contexto así lo permita, se prioriza el show televiso donde triunfan los ataques y no las propuestas. Caldo de cultivo para que en las redes sociales se genere otro debate, de igual importancia, y se juzgue quién lo hizo bien y quién mal. El show solo promueve banalización frente a la seriedad de poder expresarle al público las propuestas. Esto es muy importante para los partidos o los movimientos pequeños que no cuentan con el poderío económico y mediático, y estar en televisión debatiendo con los diferentes candidatos puede ayudar a su imagen. 

Cabe resaltar, que es muy importante lo que se dice, pero también es muy importante lo que no se dice. La comunicación no verbal y las diferentes tácticas que emplean los candidatos, ayudan a generar percepciones sobre los mismos. Lo que no decimos es fundamental y hay que tenerlo en cuenta a la hora de debatir.

Los candidatos políticos si quieren ser buenos líderes y lideresas deben debatir para presentarle a la ciudadanía su proyecto de gobierno. Los debates son un gran instrumento para fortalecer la democracia y garantiza que la ciudadanía pueda hacer una buena rendición de cuentas al fin de los periodos de gobierno.

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