Reevaluando la estrategia política: ¿son las redes sociales el único enfoque válido?

Cortesía Flickr.

En las campañas políticas modernas, es cierto que muchas veces se enfocan más en las redes sociales que en las estrategias tradicionales de grassroots (movilización a nivel local), pero sin estrategia territorial estamos perdidos. Los “grassroots”, o movimientos de base, son una estrategia fundamental en las campañas políticas modernas y se refieren a la movilización de individuos a nivel local, quienes se unen y organizan para promover un cambio político o influir en las decisiones que afectan a sus comunidades. Estos movimientos se caracterizan por su enfoque descentralizado, involucrando a ciudadanos comunes en lugar de depender únicamente de los líderes políticos, partidos o de grandes donaciones de dinero.

En los últimos años la dependencia y los bajos costos de las redes sociales han llevado a que gran parte de las campañas se enfoquen netamente en estrategias digitales, dejando a un lado la importancia del recorrido y del contacto con el ciudadano. Existen varias razones por las que las campañas se han volcado hacia las redes sociales, te las resumo en tres razones principales:

Primero, el alcance y la accesibilidad. Las redes sociales ofrecen una plataforma amplia y accesible para llegar a un gran número de personas de manera rápida y efectiva. Con el crecimiento del uso de las redes sociales, los candidatos y sus equipos de campaña encuentran en ellas una manera de comunicarse con los votantes y difundir su mensaje político, especialmente a los jóvenes y a aquellos que están más conectados digitalmente.  Segundo, el costo. Las campañas en redes sociales a menudo resultan más económicas en comparación con las estrategias de movilización territorial. Las plataformas digitales ofrecen herramientas de publicidad segmentada que permiten dirigir mensajes específicos a grupos demográficos particulares, maximizando el impacto de los recursos invertidos. Esto puede resultar atractivo para los candidatos y sus equipos de campaña, especialmente cuando tienen recursos limitados. Y tercero, la interacción y participación. Las redes sociales brindan una oportunidad para que los candidatos se conecten directamente con los votantes, generando interacción y participación. A través de las redes sociales, los candidatos pueden responder preguntas, recibir comentarios y opiniones, e involucrar a los ciudadanos en la discusión política. Esta interacción puede generar un sentido de cercanía y confianza con los votantes. Ojo, a veces pasa… y muchas veces no.

Sin embargo, al solo utilizar las redes sociales como estrategia de cercanía, surgen algunas dificultades asociadas al enfoque simplista y unidireccional. En el contexto de las campañas políticas, los “grassroots” desempeñan un papel crucial al proporcionar una base sólida de apoyo y compromiso, siendo igual o muchas veces más importantes que las redes sociales en las campañas electorales. Por un lado, los grassroots se refieren a las actividades y acciones realizadas por las comunidades organizadas a nivel local y por el otro, permiten a los ciudadanos interesados en un proyecto político unirse, organizarse y promover cambios a nivel local. 

Las redes sociales han ganado una gran relevancia en los últimos años como herramientas de comunicación y difusión en las campañas electorales. Sin embargo, las redes sociales tienden a tener un alcance menos personal; por su lado los grassroots, se centran en la comunicación interpersonal y el contacto directo con los votantes en su comunidad, lo que les permite establecer conexiones más cercanas y personalizadas. Este enfoque cara a cara puede generar un mayor nivel de confianza y compromiso por parte de los votantes, ya que se sienten escuchados y representados por las personas que están en contacto directo con ellos.

Finalmente, los grassroots permiten movilizar a los voluntarios, quienes desempeñan un papel fundamental en las campañas electorales. Los voluntarios son el motor de las actividades, ya que se encargan de difundir el mensaje del candidato, organizar eventos, realizar llamadas telefónicas y de las visitas puerta a puerta, entre otras acciones. Su compromiso y entusiasmo son vitales para el éxito de una campaña electoral. La falta de contacto personal en las campañas en redes sociales puede dificultar el establecimiento de este tipo de conexiones más íntimas y duraderas.

Es importante recordar que, aunque el uso de las redes sociales está en constante crecimiento, aún existen sectores de la población, principalmente en América Latina, que tienen un acceso limitado a Internet o que no están tan familiarizados con el uso de estas plataformas. Enfocarse únicamente en las redes sociales puede excluir a estos grupos y limitar el alcance de la campaña. En las campañas territoriales, los candidatos tienen la oportunidad de conocer a los votantes a través de encuentros cara a cara y discusiones directas sobre los problemas que más les preocupan. Este tipo de interacción puede ser más efectivo para ganar el apoyo de los votantes indecisos o cambiar la opinión de aquellos que aún no han tomado una decisión definitiva. Una combinación equilibrada de ambas estrategias (territorial y digital) puede resultar más efectiva para alcanzar a todos los segmentos de la población y establecer relaciones más sólidas con los votantes.

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